jueves, 29 de abril de 2010

Empezamos

El finde ha sido productivo. Ya me he liado la manta a la cabeza y el garaje ya vuelve a parecerse a un desguace lleno de piezas. Primeras impresiones del nivel de dedicación a esta bella señora y la cosa tiene su enjundia. Realmente el proyecto podría estar, a nivel de dificultad, entre la Cota y la Lobito. O sea: que tengo para rato. ¡Bieeen!
¿Y por dónde empezar una vez desmontada media moto? De momento me he tirado por lo fácil: el asiento. Aprovechando un contacto que es tapicero hemos llegado a un acuerdo de intercambio así que si no falla nada el asiento será la primera pieza restaurada.
Las fotos, las debo. Cuando las tenga descargadas de la cámara las cuelgo.

La llegada de una abuelita


Ya terminadas mis dos motos anteriores, una Cota 25 (www.cota25.es.vg) y una Lobito 74 (lobito74.blogspot.com) empecé, sin quererlo, una búsqueda: una Impala.

¿y por qué?

Básicamente porque es de las pocas motos de carretera de la época que me atraen, porque sus propietarios se reúnen por docenas, porque cada día veo alguna y suenan geniales y porque de momento la Guzzi que tengo a la espera no me apetece tanto.

Así que encontré un anuncio, de alguien conocido, y que decía:


Oportunidad única. Recién salida del pajar. Completa. Documentación en mano, permiso de circulación, ficha técnica, impuesto al dia, y Dni del propietario compulsado, con vigencia hasta el 2017 ( hay tiempo para ponerla bonita ).

Datos :
- Completamente original
- Matricula de Barcelona
- Unidad nº 44 de fabricación

Accesorios :

- Pata de cabra
- Tapizado piel lagarto sintetica
- Portabultos

Para restauradores, que les guste sudar una buena máquina.
Vaya -pensé - puede ser interesante.

Lo llamé, nos pusimos de acuerdo y esta mañana (7/03/2010) he ido a verla y he pecado: me la he llevado.



Mi abuelita Impala resulta ser, de acuerdo a las pesquisas preliminares, una de las primerísimas unidades salidas de la fábrica y que incorpora rarezas que luego no se ponían (por poner un ejemplo, el tubo no es cromado, es negro). ¡Qué ilusión!