Fechas cruciales, momentos de tensa espera. Así podríamos definir el estado de la restauración de la Impala.
Las piezas a pintar ya están en manos del planchista/pintor desde hace unos días tras las últimas reparaciones en el chasis y el caballete.
Los frenos, tras su ajuste, ya están montados.
Las ruedas a punto de su montaje final (espero hacerlo en breve).
La corona trasera ya está completa, con su rodamiento y toda su parafernalia.
En los próximos días, una visita al "maestro" (ya sabéis a quién me refiero) me permitirá asegurar el correcto funcionamiento del motor con un impecable carburador y un escape a estrenar.
O sea que empezamos a montar en limpio y a reducir las piezas del puzzle que están diseminadas por el taller y aparecerá la belleza de una casi cincuentona con ganas de "guerra" (crucemos los dedos).
Otra cosa será la ITV y lo demás; no adelantemos acontecimientos.
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